La historia de la ciudad de Alicante siempre ha tenido sus raíces moras y raíces cristianas, pero desde la antigua Lucentum esta ciudad es cristiana. Mañana una nueva guerra tendrá lugar en el coliseo cristiano. Unos moros desauciados acuden a la batalla contra los cristianos con el único objetivo de salvar una temporada ganando a su más eterno rival. Si la lógica se cumple, la victoria está asegurada y si el juez se porta bien los tres puntos se quedaran en el Rico Pérez, pero eso sí, en las vitrinas del Hércules, dueño y señor del campo.
Por su parte los valientes guerreros comandados por Mandiá volverán a su campo, ante su afición después de unas navidades tranquilas, pero con la obligación de ganar el partido tras la derrota cosechada en tierras gallegas la semana pasada. Si queremos festejar debemos ganar este partido.
La afición no se perderá este nuevo derbi tras varios años en los que el Alicante se encontraba hundido en Segunda B. La afición volverá a corear eso de Hércules, Hércules. Pero sobre todo se centraran en una cosa que para todo herculano es muy importante. Dejemos claro que este campo es nuestro y que todos los moros que acudan al estadio oigan eso de:
No es celeste, ni centroafricano, este estadio es un templo cristiano, es herculano que todos se enteren TODOS LOS MOROS FUERA DEL RICO PEREZ.
¡MACHO HÉRCULES!
